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martes, 19 de enero de 2016

Lo llaman paciencia, pero no lo es.

Por llamarlo de alguna forma, me hacen mucha gracia algunas expresiones que se utilizan arbitráriamente para definir situaciones que nos resultan desconocidas o chocantes.
Este el caso de cuando oigo que "los conductores holandeses tienen una gran paciencia con los ciclistas". No, no se trata de paciencia. La paciencia se tiene ante algo que resulta molesto o enervante y ante lo cual no queremos enfadarnos. Es un sinónimo, en este caso, de resignación.
Pero puedo asegurar que este no es el caso en los Países Bajos, porque lo que existe allí es educación, una educación que se lleva en los genes, se mama y se refuerza con la edad. Un saber que no eres el amo y señor de las calles sino casi un invitado. Un conocer las normas de circulación y saber quién tiene la prioridad, tanto si es uno como 200, tanto si toca esperar 5 segundos o 3 minutos.
No, señores amantes del todopoderoso coche. No hay que tener paciencia con el pobre ser inferior que no tiene para desplazarse como dios manda, hay que tener primero educación víal y luego respeto.
Las leyes del más fuerte no deben imperar en las calzadas.
Por lo tanto, por favor, utilicemos el lenguaje como se debe y no confundamos actitudes con deberes.

1 comentario:

Alberto Montiel dijo...

La vedad es que cuando uno viaja y comprueba cómo podrían mejorarse ciertos aspectos de nuestras ciudades, negocios y actitudes, se da cuenta de cuan atrasados estamos aún. He estado varias veces en Holanda y verdaderamente es un paraíso para los amantes de las bicis. La gente usa el coche muy poco, pero tampoco la bicicleta es tan mayoritaria; hay otras opciones (transporte público): tranvía, tren, bus... también la bicicleta y muy en último lugar el coche. Realmente el coche no es un signo de desarrollo sino de todo lo contrario. En África, China o la India el coche es valorado. Solo EEUU ha sido una excepción en los últimos años, y eso está cambiando ya. Por tanto, tengo la esperanza de que el automóvil privado siga el camino de otras tradiciones anacrónicas; como las corridas de toros -por ejemplo- deben desparecer poco a poco del centro de nuestras ciudades y pasar a ser un recuerdo del pasado.
Por cierto, tenemos opciones mucho más divertidas, baratas y saludables para movernos por la ciudad: http://mobilityexplorerguide.tumblr.com/