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lunes, 17 de junio de 2013

Buscando el norte.



Ayer coincidí en la televisión con un documental sobre una expedición española alrededor del mundo, que, partiendo de Sevilla, dirigía sus primeros pasos hacia Cabo Norte. La expedición no es en bici, sino en todoterreno, pero lo importante aquí es lo que no se cuenta pero se ve y deduce de las imágenes de los lugares por los que discurría la expedición.
Me enganché a ella cuando ya andaban por Gante, en Bélgica y luego pasaban a Brujas, ciudad en la que he tenido la suerte de pedalear. Ciudades de tráfico contenido, mucha zona peatonal y llenas de bicicletas. De ahí, cómo no, pasaban a Amsterdam, con su controlado caos y sus miles y miles de bicicletas, de las que se hacían comentarios en el documental. Son algo típico y forman parte de la idiosincracia de la ciudad, como los autobuses de dos pisos o las cabinas rojas de Londres. Como cabría esperar, la ciudad es recorrida en bicicleta por los expedicionarios. Curiosamente, en una de montaña (¿?).
Desde Amsterdam, cruzando Alemania pero sin hacer mención a nada especial de este país, llegan a Copenhague. Más imágenes de sus ciudadanos pedaleando masivamente y el breve apunte de que aquí se pedalea en cualquier tiempo meteorológico (no podría ser de otra manera). Desde ahí a Mälmo, en Suecia. Otra ciudad limpia, calmada y llena de bicis.
Pero todo esto es el "mundo conocido". Conforme prosigue la expedición, se desplaza hacia el Círculo Polar Ártico y, contrariamente a lo que cabría esperar de climas "fríos e inhóspitos", cada vez más ciudades peatonales, limpias, ordenadas y... ¡llenas de bicis!
Tanto Noruega, Suecia y Finlandia comparten este amor por los desplazamientos a pedales, algo que no comprende ese sur, que se jacta de su buen clima, y desaprovecha todas sus horas de luz dentro de máquinas cerradas, tanto en el calor como en el frío.
De hecho, Noruega, debe su altísimo poder adquisitivo a sus pozos y reservas de petroleo, pero sigue pensando más en el bienestar y protección de sus ciudadanos que en potenciar macrociudades atestadas de coches. En todo el país, la prioridad es para los cilcistas, tanto en ciudad como en carretera, con unas estrictas normas de control de velocidad.
Holanda, con su "infame" Shell, es otro productor de petroleo de nivel mundial, pero no se jacta de ello.
Por todo esto, con la incomprensible ambigüedad humana que desaprovecha las latitudes de clima "agradable" para estar más en contacto con el entorno, con sus congéneres y pedalear de una forma más amable, ese Sur ruidoso, congestionado y en el que lo único más barato es el alcohol, habrá que mirarse en el frío norte, por muy incomprensible que pudiera llegar a ser, y hacer ciudades calmadas, con ganas de andar y dar pedales.

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